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La Braña y la Casa Vaqueira

La palabra braña tiene su origen en verano. En Tineo se considera braña a las casas de piedra diseminadas por la montaña que dan a delanteros prados cercados y guardas historias y secretos de estos otros asturianos que son los Vaqueiros.

Las brañas vaqueiras de Tineo y parte de Luarca eran, según apuntó Acevedo y Huelves en 1915 las siguientes:

Agüera, Barreiro, Beisapié, Brañaescardén, Bullacente, Businán, Buspaulín, Bustellán, Cadavales, Candanedo, Ceceda, Cerecedo del Monte, Cerezal, Cezures, Collada, Concellín, Curriellos, Estaca, Folgueras del Río, Foz, Fuentes, La Cabedal, Los Corros, Las Tabiernas, Monteoscuro, Monterizo, Robollosa, Recorba, Relloso, Sapera, Silvallana, Urdial.

La tendencia a la uniformidad se ha dejado sentir especialmente desde los años sesenta. Esta tendencia se inicia con un descenso de la trashumancia, una mayor dedicación agrícola de los Vaqueiros y ganadera de los Xaldos. Por ese motivo, las poblaciones han perdido su antiguo carácter y en la actualidad se consideran brañas tanto a las residencias de verano como a las residencias de invierno. Las brañas del norte siguen siendo residencia estival del pueblo vaqueiro que cuando llega el mal tiempo, pese a la imparable sedentarización, alza su morada hacia las tierras bajas. Así, los Vaqueiros de la braña de Las Tabiernas poseen casa y hacienda en la braña de Silvallana.

 

La casa donde habitaban los vaqueiros eran simples chozas de piedra, bien labrada y cubierta, pero pequeñas. Está compuesta por dos plantas: la baja para el ganado y la planta alta para las personas, a la cual se accede por una escalera de piedra, generalmente exterior.

En Naraval y otros puntos de la geografía Vaqueira, siguen estando juntos el establo y la cocina; el dormitorio, y en ocasiones la cama, aun siguen siendo comunes a toda la familia. La cama vaqueira es un cajón relleno de paja y encima, clavada en los bordes, unas mantas que hacen de funda.

Las casas de las aldeas estaban separadas entre sí por las tierras heredadas y huertos que las rodeaban. Estas casas se unían formando aldeas o brañas, y éstas a su vez dependían de las villas aforadas.