Bolos de Tineo o Bolo Celta

 

La Historia

Los griegos, los romanos y los egipcios ya jugaban con bolos aunque, respecto a nuestros días, jugaban de manera diferente.

En Asturias, se tienen datos de esta modalidad desde el siglo IX (año 1070). Cuentan que los moros, cuando escaparon de Asturias, dejaron los bolos y las bolas de oro.

Las leyendas mencionan que el "trasgu" cuando se cuela por nuestras casas haciendo ruido es que están jugando a los bolos.

Si nos acercamos al siglo pasado, sabemos que los bolos de Tineo han sido siempre el deporte autóctono de esta zona. Su práctica y afición siempre estuvieron unidas a la vida cotidiana de los habitantes de Tineo. Las boleras se ubicaban, en su mayoría, cerca de las iglesias, aprovechando la salida de misa para jugar una partida entre los amigos.

Con la emigración, muchos fueron los tinetenses que se llevaron con ellos esta modalidad, no sólo dentro de Asturias y del resto de España, sino también a Latinoamérica: Venezuela, México, Argentina...

Hoy en día, el juego de bolos de Tineo ha progresado, no sólo en cuanto a la mejora de las instalaciones, sino que además en la actualidad formamos parte de la Federación Asturiana de Bolos, por lo que ha dejado de ser una modalidad de unos cuantos amigos para convertirse en un deporte de alta competición.

Y gracias a toda esta historia: "De las modalidades de bolos existentes en Asturias, la tinetense es una de las más espectaculares y que más sorprende al que los contempla por primera vez".

 

La Bolera

En esta modalidad, destaca sobre todo su abultado número de bolos, record no sólo en las modalidades y en los juegos de España, sino también de Europa.

Actualmente se practica en un espacio rectangular de 30 a 35 metros de largo por 10 de ancho. Dentro de este espacio se sitúan los siguientes elementos: la losa o losera, a unos cuantos metros del poyo, con una suave inclinación hacia la cueva, lugar donde se sitúan los bolos. Las dimensiones de la losa varían entre los 80 y los 130 cm. de largo por 50 ó 110 cm. de ancho. Se colocaba una piedra lisa, normalmente de río o cantera. La condición indispensable era que fuese lo más uniforme posible. Sin embargo, en el pasado las dimensiones se ajustaban a las condiciones del campo, que generalmente se encontraba al lado de edificaciones religiosas.

El poyo mide unos 40 cm. de alto. Es el lugar de tiro de la bola, que antiguamente también se trataba de una piedra, pero esta vez de mayor tamaño y no necesariamente regular. Se colocaban dos poyos, uno para los zurdos y otro para los diestros. Delante del poyo se abre una zanja de aproximadamente medio metro que se llama cueva y es el lugar donde caen los tiradores de tal forma que el brazo ejecutor quede a una altura similar a la de la línea de bolos.

A unos 25 metros por delante de la losera o losa se marca en el suelo una línea, la raya del 10, bien mediante una línea pintada en blanco o segándola más profundamente. Desde esta línea y a otros 4 metros, se coloca un muro de 6 metros de alto llamado la viga o cuerda, considerado el límite de la bolera, aunque como veremos en la forma de puntuación, esta viga tiene mucha importancia y en varias ocasiones se ha de rodear para recoger los bolos caídos.

En esta modalidad, destaca sobre todo su abultado número de bolos, record no sólo en las modalidades y en los juegos de España, sino también de Europa.

 

Puntuación

La partida se juega a cuatro juegos de 50 puntos cada uno, y en ella se hacen dos tipos de tirada. Se puede jugar uno contra uno, por parejas o por equipos de cuatro jugadores.

La primera tirada se llama bajar y se hace desde lo alto del poyo al tiempo que el jugador se lanza dentro de la cueva. Cada bolo tirado vale un punto, salvo los que pasan de la raya del 10 que valen 10 puntos cada uno, y los que saltan la viga, que valen 50 puntos, y que, por lo tanto, conceden la victoria al participante. A estos bolos se les llama acabones, porque con ellos finaliza el juego. Es fundamental para poder contar estos puntos que la bola pase de la ralla del 10 o si no la tirada es nula y se denomina que la Bola queixó.

La otra tirada se llama subir, y se hace desde la viga lanzando la bola rodando por el suelo contra los bolos desde la línea de 10, valiendo un punto cada bolo caído. Si el jugador no tira ningún bolo, pierde la mano u orden de tirada, lo cual es muy importante en este juego, ya que se trata de ser el primero en llegar a obtener los 50 puntos. Por eso, antes de empezar, se sortea el orden de tirada que luego puede cambiar.

 

Bolos y Bolas

Los bolos con los que se juegan son 20, pese a que antiguamente se jugaba con un número variable que dependía de las dimensiones de la losa.

Los bolos eran hechos de madera de haya o manzano, salvo en el caso de competiciones federadas que siempre son de encina, y tienen entre 15 y 18 centímetros de altura, 3 centímetros de diámetro y una circunferencia de 12 centímetros. Se tallan con un hacha, dándoles 6 lados, y la base cortada a bisela o un poco inclinada para que se sostengan bien sobre la losera. Su peso es de 200 gramos aproximadamente.

Las bolas estaban hechas de maderas muy duras, como el haya, encina o quebracho (árbol argentino traído por los españoles emigrantes), y generalmente torneadas. Su peso y diámetro varía en función de la mano del jugador que la vaya a usar. La necesidad de que tengan un peso alto obliga a practicarles un agujero, en el cual se echa plomo fundido, con lo que se lastra y el peso de la bola aumenta. En la actualidad esta operación ya casi no se realiza, pues se hacen de fibra de plástico con plomo en el interior. En las competiciones federadas se prohíbe el uso de bolas de mayor diámetro que 35 cm.